Capítulo 23
Grandes Lesiones Paraendodontales

 

En mi empeño de buscar nuevos caminos para simplificar los procedimientos con el fin de lograr los mayores beneficios para la salud humana, quise adentrarme en el complejo campo de las grandes lesiones paraendodontales. Estas macroscópicas lesiones han sido siempre relegadas exclusivamente a la cirugía con sus tremendas consecuencias de traumatismos físicos y psicológicos que en muchos casos llevan a deformaciones irremediables.

Como personalmente no soy cirujano, mis técnicas están a la altura de cualquier profesional de práctica general; son extremadamente sencillas y no conllevan riesgo alguno.

La biofilosofía de esta investigación se generó por consideración de que, al eliminar el foco séptico de una lesión, con medios terapéuticos como los de la PASTA F.S., tendría que venir la regeneración tisular por contribución de todos los elementos reparadores del organismo. Siendo la lesión el foco séptico y destruyéndose la vida bacteriana por medio de un fármaco, no tendrían lugar las maniobras complicadas de la cirugía con todas sus secuelas. En un principio los cirujanos consultados rechazaron abiertamente mi enfoque, aducían el argumento de que si no se retiraba quirúrgicamente el epitelio quístico, la lesión podría regresar. Yo, con base en mis experiencias, pensaba distinto y los estudios de investigadores especializados confirmaron muy pronto mis afirmaciones.

TECNICA

Hechos los exámenes radiográficos, bacteriológicos e histopatológicos, se procede así:

1. Si no hay fístulas patológicas, con un instrumento agudo o con una fresa de alta velocidad, se hacen por lo menos dos fístulas de un calibre suficiente para dar paso a la aguja de la inyección del medicamento cuyo calibre puede ser No. 16. En la Fig. 557 se ve el instrumento agudo abriendo la primera fístula. En la fotografía de la Fig. 558 se aprecia el lugar de la primera fístula artificial y en la fotografía de la Fig. 559 se notan tres fístulas abiertas en la mucosa.

2. Por una de las fístulas se inyecta PASTA F.S. hasta lograr que salga por una de las otras, lo que generalmente indica que la cavidad ha sido colmada y que los exudados han salido en su mayoría. En la Fig. 560 se ve la PASTA F.S. saliendo por la fístula. El llenar la cavidad no es requisito indispensable para la reparación. Si hay lesiones multilobuladas, se perforan o se tratan por separado.

a) Con esta técnica no es necesaria generalmente ninguna formulación adicional, ni analgésica, ni antibiótica.

b) Si existen piezas dentales comprometidas con la lesión, no necesitarán tratamiento endodóntico si su sintomatología clínica no lo exige.

c) La mezcla debe hacerse con PASTA F.S. REFORZADA y aceite de olivas como vehículo, en lugar del líquido endodóntico; con esto se evitará el fraguado característico que dificulta la absorción del medicamento. Esta mezcla debe ser bien fluida, en forma que permita el paso fácil por la aguja hipodérmica calibre dieciséis.

Hay situaciones en que es aconsejable dejar un dren durante varios días, en una de las fístulas del nivel inferior, con el fin de que haya salida amplia para los exudados y se evite el dolor por presión.
 
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