ha demostrado que los restos epiteliales contienen enzimas oxidativas específicas, como la dehidrogenasa láctica, la glucosa 6-fosfato dehidrogenasa, la dehidrogenasa (succinic), la difosfopiridin nucleótido diaforasa (DPND) y la trifosfopiridin nucleótido diaforasa 8TPNE). Señala también este investigador al igual que VALDERHAUG la existencia de glicógeno dentro de los restos celulares. El estado de reposo de estas células por sus características ultraestructurales, está reforzado igualmente por la morfología de sus mitocondrias y la escasez del complejo de Golgi. Pero es más; esta proliferación para quistes consiguientes, también pueden ser producida, no sólo por maniobras quirúrgicas que son las que ahora nos interesan, sino también por estados patológicos. El hecho es que personalmente he encontrado varias situaciones de formaciones quísticas residuales de tamaño importante, como el que se aprecia en la Fig. 561 cuyo techo está precisamente colocado bajo el piso del antro maxilar y ha destruido todo el tejido óseo hasta el borde del proceso alveolar de la región del segundo premolar derecho. Como quiera que la paciente, traumatizada por la cirugía anterior, rechazara una nueva intervención quirúrgica, aceptó la inyección de PASTA F.S. que por ser uno de los primeros casos, se hizo con material endodóntico y con el mismo líquido, en la forma que se aprecia en la Fig. 562. Un año después se tomó el control de la Fig. 563 donde se aprecia el cambio de volumen y el inicio de la neotrabeculación ósea. El último control de la Fig. 564 tomado 10 años después muestra una regeneración del tejido óseo suficiente para dar por terminado el problema quístico. Es muy posible que ya haya encapsulamiento como quiera que de tras años para acá no ha habido cambios apreciables. De todos modos el problema séptico si lo hubo, ya está resuelto, que es lo más importante, según mi apreciación. Baste saber que estoy tan seguro del éxito del presente caso, como quiera que la paciente es un familiar mío de gran aprecio.
En la Fig. 565 se aprecia una amplia lesión que involucra todo el aspecto de los incisivos inferiores. Alcanza a visualizarse la raíz del incisivo central izquierdo. A título de investigación no se remitió el paciente al cirujano oral que seguramente hubiera exigido el tratamiento de los incisivos incluidos en la lesión, y se resolvió tratarla con la simple inyección de PASTA F.S. habiéndose hecho el relleno endodóntico únicamente al resto radicular del central sin otro propósito que el investigativo. La PASTA F.S. utilizada fue la de tipo endodóntico pero con aceite de olivas (Fig. 566). Cinco años después se tomó el control de la Fig. 567 en el que se observa casi fagocitación total del material inyectado, la raíz del central y la desaparición del tejido patológico.
La Fig. 568 muestra un quiste residual localizado en el maxilar inferior, fistulizado en el reborde alveolar con drenaje de exudado purulento. Por una de las fístulas se inyectó PASTA F.S. endodóntica con su líquido a base de eugenol (Fig. 569). El paciente tenía una prótesis total inferior que no podía usar a causa del proceso inflamatorio. Ocho días después del tratamiento, ya estaba utilizando su prótesis. Tres años más tarde se le tomó el control de la Fig. 570 que señala neoformación ósea circundante. El paciente no informó molestias. Ese fue su último control.