Por el lugar donde se tomó la biopsia, se introdujo PASTA F.S. endodóntica pero con aceite de olivas, en la cantidad que se aprecia en la Fig. 602 y como puede verse, el material no subió hasta colmar la apófisis coronoides ni el cóndilo. La Fig. 603 muestra el aspecto nueve meses después y la Fig. 604 corresponde a la radiografía tomada a los cinco años cuando ya el molar incluido estaba en oclusión. Es de observarse que el hueso neoformado se aprecia más amplio y consolidado que el del lado sano, gracias a la expansión del periostio por el líquido quístico.
La Fig. 605 corresponde a una radiografía oclusal y la Fig. 606 al aspecto luego de introducida la PASTA F.S. Nótese el ensanchamiento óseo. La Fig. 607 es de control final cuando ya todo estaba normalizado.
En la radiografía de la Fig. 608 se observa la gran destrucción del tejido óseo y se visualiza nítidamente el tercer molar en el ángulo del maxilar. La Fig. 609 muestra la PASTA F.S. introducida y el amplio espacio sin llenar. Este control de la Fig. 610 fue tomado a los dos meses. Este otro de la Fig. 611 a los cuatro meses. Este otro a los ocho meses (Fig. 612) y por último el de la Fig. 613 tomado a los cinco años. Es de anotar que el patólogo Dr. Tasamá, al tomar la biopsia, como viera en el fondo quístico la corona del tercer molar, quiso retirarla aduciendo que esa era la causa del quiste; al oponerme a esta maniobra comentó: “¿es que aspira a que ese molar vaya a erupcionar?. “Sí”, fue mi respuesta. Acabo de presentar el proceso de erupción del molar.
El aspecto periapical de la Fig. 614 corresponde a la radiografía inmediata al tratamiento de conductos que inmediatamente antes de la intervención hice con PASTA F.S. en el segundo premolar. Obsérvese:
a) Presencia de un conducto accesorio con PASTA F.S. sobreobturada tanto en el conducto accesorio como en la región apical.
b) La posición del premolar tratado, cerca del primer premolar, y
c) La radiolucidez regional que señala la ausencia completa de tejido óseo.
La Fig. 615 muestra la PASTA F.S. colocada dentro del quiste; lógicamente si cupo toda esa cantidad, era porque había un espacio vacío. A los ocho meses se tomó el control radiográfico de la Fig. 616. Al observar esta radiografía, el patólogo, se preocupó grandemente pues dijo que ese era un aspecto radiográfico muy sospechoso de un osteosarcoma por las características radiadas del tejido óseo lamelar, con lamelas superpuestas y una nueva biopsia de la región, con los resultados siguientes: |